sábado, 3 de septiembre de 2011

Tras coger sus cosas partieron en camino en un seat córdoba blanco que conducía Roberto en dirección a Portugal.
-¿Qué te pasa?- dijo Roberto. Antonio sin dejar de mirar por la ventana, con los ojos rojos, hizo una mueca significativa de "nada..." y todo quedo en silencio.
Ya en Portugal empezó a llover de tal manera que Roberto no veía nada, los parabrisas no daban abasto y el coche empezó a derrapar y casi se salen de la carretera, mientras tanto dentro del coche ambos se gritaban con nervios y miedo por igual, pero, gracias a las bandas sonoras y a las habilidades de Roberto al volante consiguieron reconducir el coche y resolvieron parar en la primera estación de servicio que hubiese hasta que escampara un poco.
Estación de servicio.
-Estas muy raro- dijo Roberto
-¿Y como quieres que este?- contestó Antonio malhumorado- ¿Quieres que te toque las palmas? ¿Que te diga "muy bien Robert, gracias por matar a mi ex, ¡ha sido siempre mi sueño!"?
-¿Te crees que a mi me gustó hacerlo? ¿Qué me gusta tener que irme de mi casa y olvidar a todo el mundo? ¡Pues no!
De vuelta al viaje y tras una hora conduciendo...
-Lo siento, siento haberte gritado se que lo estas pasando muy mal y que toda la culpa es mía por haberte involucrado-dijo Roberto arrepentido.
-Yo también siento haberte gritado, no lo tenía que haber hecho, tu también lo estas pasando mal no soy yo el único, he sido super egoísta, lo siento.
-Ya, pero tu no has hiciste nada.
-Si, quererte, ero no me arrepiento lo mas mínimo.-Roberto sonrió.
-Ya estamos a punto de llegar, cuando estemos allí cogeremos una habitación en algún lado, trabajaremos y rearemos nuestras vidas ¿De acuerdo?. -Antonio asintió con la cabeza y volvió a hacerse el silencio.
-Carvoeiro- leyó Antonio en el cartel de entrada al pueblo.- ¿Este es?
-Si
Recepción del hotel Carvoeiro Sol.
-Pide una habitación-dijo Roberto.
-¿Yo? Pídela tu que eres el que sabe portugués
-Solo se escrito, hablado no
-Pues te jodes y se lo escribes, a mi que me cuentas
-Joder... - Se dirige a recepción -Esto... hola, eu querer habitación para dos...-dice indeciso
-Claro señor ahora mismo -contesta el recepcionista. Roberto se quedó asombrado, resulta que el recepcionista hablaba 7 idiomas.
Habitación del hotel.
Tras beberse la botella de vino que encontraron encima de la cama de parte del hotel hicieron el amor con gran pasión empezando así, su nueva vida...

lunes, 29 de agosto de 2011

Tras aquello, Roberto llevó a Antonio a su piso, el cual compartía con otras personas pues estaba estudiando allí la carrera (el era de un pueblo). Por suerte esa noche no había nadie. Cuando llegaron, empezaron a besarse y a quitarse la ropa, Antonio bajo su mano por los abdominales duros de Roberto, ambos se quitaron el uno al otro la camiseta, se tumbaron en el sofá y lentamente hicieron el amor, ambos, sudando, se miraban continuamente, se besaban y no paraban de repetir te quiero, los gemidos de Antonio no cesaban mas lo único que era capaz de decir era no me abandones.
A la mañana siguiente se despertó Antonio, no vio a Roberto abrazándole como cuando se habían dormido, pero le escuchó silbando en la cocina, Antonio se levanto se puso la camisa blanca que llevaba Roberto la noche anterior y que a el le quedaba grande y fue hacia la cocina, descalzo y sin nada de pantalones, cuando llegó encontró a Roberto preparando el desayuno, unas tostadas en la sartén con algo de mantequilla, lo abrazó por detrás, Roberto giró la cara y se besaron.
Estaban ya desayunando, dándose de vez en cuando a comer el uno al otro cuando llamaron al timbre.
Ahora vengo-dijo Roberto-tu sigue desayunando.
Al mirar por la mirilla vio a Marcos al otro lado. Marcos era un tipo alto, grande y fuerte.
-Es Marcos- dijo Roberto sobresaltado
-¡¿Qué?!- dijo Antonio de los nervios
-Escóndete corre.
Antonio se escondió en un armario de la habitación mientras que Roberto fue a abrir la puerta.
pasaron Marcos y Roberto al salón y Antonio se quedo muy quieto, sin hacer ruido, escuchando.
-Bueno... ¿como va la cosa por la que te estoy pagando?-dijo Marcos
-Esto... verás, sobre eso quería yo hablar
-¿Ha habido algún problema?
-Si, verás, es que... no voy a terminarla. Me he enamorado de Antonio.
-¡¿Cómo?!- dijo Marcos levantándose de golpe.
-Si, lo que has oído, así que toma tu dinero y vete.
No, no vas a quedar así.
De repente Antonio desde el armario empezó a escuchar algo parecido a un forcejeo, había insultos, golpes, cosas rotas, se quedó paralizado quería salir de allí para ayudar a Roberto, pero tenía mucho miedo, de pronto, entre todo ese jaleo, se escucharon dos disparos y todo quedo en silencio. Lentamente y temblando, Antonio salió del armario y se dirigió hacia el salón. Al llegar, vio a Roberto temblando mirando hacia el sofá con un arma en la mano, al mirar hacia el mismo sitio que Roberto, Antonio se encontró a Marcos tirado, muerto en el sofá con dos tiros en el pecho.
-¿Qué... qué... qué coño has hecho?-dijo Antonio con miedo y nervios en el cuerpo
-Intentó matarme
-Pe... pero...
-Antonio, escúchame- dijo Roberto soltando el arma y cogiendo por los hombros a Antonio- ahora tenemos que apoyarnos, recoge todas tus cosas, nos vamos de España.
Antonio se quedó sin habla mirando fijamente, sin parpadear, el cuerpo sin vida de su ex novio.
¿Irme? ¿Olvidarme de todo? ¿De mi ciudad, mis amigos, mi familia?-pensó Antonio, pero el amor pudo mas que su conciencia y en silencio se cambió de ropa y se dirigió a su casa para hacer las maletas. ambos, todo el camino, en silencio.

Al despertarse Roberto a la mañana siguiente en la puerta de la habitación de Antonio se encontró que esta estaba abierta, entró y vio que allí no había nadie, ni nada, ni siquiera un pequeño rastro, Antonio había recogido sus cosas y se había ido.
-¡Joder!-gritó Roberto sobresaltado, y corriendo salió de la habitación, miró a ambos lados del pasillo y no vio nada, decidió entonces volverse a Badajoz para ver si encontraba a Antonio pero lo que no sabía, es que Antonio tenía otros planes.

Badajoz 00:00 p.m. Puente Real
Antonio se encontraba en la barandilla del puente, con los ojos cerrados y llenos de lagrimas, mirando al cielo.-se acabó, no aguanto mas este sufrimiento, ahora podre liberarme y respirar tranquilo- pensó, y tras decir esto sonrió aliviadamente mientras el aire recorría suavemente su rostro, se subió a la barandilla, junto los pies, abrió los brazos en cruz, respiro una fuerte bocanada de aire y con esa sonrisa que no le desaparecía al pensar en que así no tendría mas preocupaciones, se inclino para tirarse.
-¡Ni se te ocurra!- se oyó de repente- ¡Ni se te ocurra hacerlo!- volvió a decir aquella voz familiar. Antonio abrió lo ojos miró a su derecha y vio a Roberto de pie a unos 15 pasos de el-Ni se te ocurra hacerlo, porque yo voy detrás de ti-
-¿Tu?, ¿quien eres tu?- dijo Antonio decepcionado- ni siquiera se si eres como me has mostrado hasta ahora, ni siquiera se si te llamas realmente así.
-Si, te lo juro, todo lo que te dije la otra noche es verdad, créeme.
-¿ Creerte? ¿Lo dices en serio? ¿Como puedo creerte después de lo que me has dicho? ¿Como se que no es otro truco? - Roberto se quedó pensativo
-Porque si fuera un truco no haría esto- y acto seguido se subió a la barandilla del puente.
-¡¿Qué haces?!-Dijo Antonio sobresaltado
-Demostrarte que te quiero. Entiendo que dudes, yo también lo haría, pero quiero que sepas, que ningún trabajo se merece que me deje la vida en el- miró hacia abajo- literalmente-dijo mientras sonreía, a Antonio también se le escapo una leve sonrisa.
-¿Bajamos?- dijo Roberto. Antonio miro hacia atrás, y dijo que si con la cabeza, Roberto bajó primero y tendió la mano para ayudar a Antonio, este le respondió y ambos se abrazaron al llegar al suelo, en ese momento Antonio se echó a llorar.


jueves, 24 de febrero de 2011

Nada mas empezar a ser consciente a la mañana siguiente, con los ojos aún cerrados, Antonio lanzó una sonrisa al aire y con la mano buscó a Rober, al no encontrarlo se incorporó y fue entonces cuando vio una rosa roja con una nota que decía :"te espero para desayunar, no tardes" encima de la cama.
Una rosa roja, mi flor favorita- pensó Antonio- ¿pero como...? ¡ah! claro...- y volvió a lanzar otra sonrisa, acto seguido se volvió a tumbar en la cama con la mas grande e iluminada sonrisa, se revolvió, olió las sabanas, se desperezó y pensando en lo que había pasado en la noche anterior se rió. Se incorporó con fuerza y energía y se fue al baño a duchar. Una vez estaba listo bajó al restaurante, allí estaba Roberto, parecía una luz angelical aquella que le iluminaba el rostro.
-¡Vaya! por fin despertaste dormilón- dijo Roberto levantándose y dándole un corto, sutil y enamoradizo beso en los labios.
-Si...- le contestó Antonio entre avergonzadas risas.
-Bueno, pues desayuna bien que nos vamos a ver Córdoba.
-¿Si? ¿Has preparado algo?.
-Si algo hay por ahí. que te parece... si empezamos por la mezquita.
-Pues me parece bien.-tras decir esto Antonio le sonrió demostrándole lo feliz que era, a lo que Roberto contestó con otra sonrisa.
Una vez puestos en marcha, fueron a ver la mezquita, después las mágicas calles de Córdoba y pequeñas plazas dispersas por toda la ciudad para terminar viendo atardecer en una de las orillas del río fundidos en un abrazo.
-¿Por que?- preguntó en susurro Antonio rompiendo así el silencio.
-¿Por que?- preguntó extrañado Roberto sin saber a lo que se refería Antonio
-¿Por que yo? ¿Por que a mi? Ni siquiera sabias mi nombre, en realidad ni siquiera nos conocemos, ¿Por que está pasando todo esto? No entiendo nada...
-Esto...- Roberto, dubitativo, pensante soltó a Antonio y poniéndose al lado suya con la cabeza agachada dijo- En un principio, me contrataron para hacerte daño, pero después...
-¿Quién?- dijo Antonio sin dejarle terminar de hablar
-¿Quien?
¿Quien ha sido?- En este momento de produjo un silencio incómodo- ¡Que me digas quien coño ha sido!
-Marcos.
-¿Marcos? claro, era lógico. ¿pero como no he podido darme cuenta?
-Pero el plan se ha torcido por que yo...
-¡Vete a la mierda!-Dijo Antonio, y salió corriendo, con los ojos empapados de lagrimas hacia el hotel.
¡Tonto, tonto, tonto! eres tonto... como puedes ser así, eres lo peor Antonio- se decía para si mismo. Desde el otro lado de la puerta se podía escuchar a Roberto gritando.
-¡Antonio por favor ábreme la puerta, he renunciado, te prefiero a ti!
-¿ También te ha dicho que digas eso?.
-¡No! va porfa abre, esos ojos, ese pelo, esa sonrisa, esa manera de ser, ese olor, tu olor, para mi vale mas que cualquier cosa. ¡Si no me abres me quedare a dormir en la puerta de la habitación!
Esa noche no ocurrió nada más y tal y como había dicho Roberto, durmió en la puerta de la habitación.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Y a las nueve, puntual como un reloj, se presentó allí Roberto, con una chaqueta negra y una camisa roja. Antonio había decidido hacerse un poco el chulo y algo duro pese a que en su interior se sonrojara, se muriera de vergüenza.
-¿Y donde tienes pensado llevarme a cenar?- dijo Antonio mientras cerraba la puerta
-Bueno... espero que te guste la pasta- contesto Roberto con una sonrisa de oreja a oreja.
¿La pasta? ¡La pasta¡ ¿como ha podido acertar tan de lleno?- pensó Antonio- Si... claro, la pasta. ¿Por que no?- contesto con un aire desinteresado.

Restaurante Rosa Rosae.
Este sitio tiene que ser super caro- pensó Antonio.
Y una vez estuvieron sentados en ese elegante lugar se acercó el camarero.
Déjame que pida yo por los dos- dijo Roberto.
Pues a ver si aciertas- contestó Antonio. Y segundos mas tarde se acercó el camarero con una botella de vino blanco para , seguidamente, acercarse con un par de platos de perline rellenos de parmigiano reggiano y con salsa de tomate y queso rallado espolvoreado por encima.
-¿Que tal? ¿Acerté?
- Si, la verdad es que si- mas lo que Roberto no sabía es que con cualquier pasta hubiera acertado.
Todo el tiempo que estuvieron en el restaurante lo pasaron hablando de sus vidas, antiguas relaciones, familia, razones del viaje(en la cual coincidieron)... y una larga lista de cosas que hice muy amena, entretenida y divertida aquella cena.
Con deseo de volverla a repetir cuanto antes, se fueron juntos al hotel en donde Roberto acompaño a Antonio a su habitación.
-Bueno, pues ya estoy aquí- dijo Antonio con pena pero con una sonrisa en los labios, supongo que esto es un adiós.
-Nunca digas adiós, simplemente di. hasta luego. Además, todavía no ha terminado.
-¿Ah no?
-No, entra en tu habitación.
-Roberto...
-Rober, llámame Rober.
-Vale, Rober, esto... es que esto es muy rápido y yo...
-¡No!, no es eso, bueno no se, a lo mejor jaja pero, no es eso, abre tu habitación quiero que veas una cosa.
Antonio intrigado y extrañado abrió corriendo la puerta de su habitación, la cual, descubrió un cuarto lleno de velas, flores y un bol de fresas y una botella de cava español encima de la cama.
Roberto se acerco por detrás a Antonio, el cual se encontraba atónito y no quitaba la vista de aquella sorpresa, y en un tono muy bajito le susurro al oído.
-Tengo muchos contactos y desde que nos chocamos aquel día ando buscándote, aprendiendo cosas sobre ti, para algún día poder hacerte esto.
Y dicho esto dio la media vuelta para marcharse, de repente, sintió algo en el brazo y al darse la vuelta Antonio le besó.
-Ven conmigo- dijo Antonio mientras lo abrazaba y dirigía hacia la cama.
Aquella noche, tras comer fresas y beber champán, tuvieron su primer encuentro sexual, una noche llena de lujuria, amor y romanticismo.

sábado, 26 de junio de 2010

Habitacion del hotel Maimonides.
no puede ser que halla venido precisamente para olvidarme del amor y me pase esto simplemente es que no es posible. ¿por que? ¿por que yo? ¿por que?-unicamente se repetia esto una y otra vez mientras la maleta la cual no habia todavia llegdo a abrir- tengo que irme, ahora que aun estoy a tiempo lejos, muy lejos de aqui.
Tras cogerlo todo se dirigio a la puerta con velocidad y al abrirla se encontro tras ella a Roberto.
Sus miradas se cruzaron, los ojos de uno se clavaron en los del otro,el corazon de Antonio ya no sonoba, parecia como si hubiese sufrido un paro cardiaco.
-Te vi el otro dia por la ventana, yo tambien me quedo en este hotel y he pensado que a lo mejor ya te habias pensado lo de esta noche.-Una vez termino sus palabras Antono dejo caer su maleta y sus objetos personales de la otra mano al suelo. le miro un segundo, cerro los ojos y se lanzo a besar a Roberto.
-recogeme a las nueve.- dijo Antonio susurrando mientras todavia estaba apoyado en su cara y con los ojos cerrados. y con una ultima mirada de despedida se metio otra vez en su habitación.

viernes, 25 de junio de 2010

Estación de trenes de Córdoba...
bueno pues ha sido un placer compartir este viaje contigo-dijo Antonio, Roberto respondio bajandose el sombrero que llevaba y diciendo- el placer a sido enteramente mio- y termino con una mirada picaruela diriguida hacia Antonio, el cual le respondio con unas sonrojadas mejillas.
Se dieron la vuelta cada uno con su maleta.
Ojala lo vuelva a ver pronto la verdad seria ideal estar aquii con alguien y si es con alguien como el mejor, ¡uy! no, ¡no! antonio ¡no! recuerda que estas aqui precisamente para tomarte un descanso, para alejarte de todo aquello.
Tras recorrer la ciudad en un taxi durante 10 minutos llegó al hotel. Hotel Maimonides, un gran hotel lujoso con una entrada llena de pantas y estatuas y con una gran fuente presidiendola, Antonio penso que siendo para algo asi no tenia que reparar en gastos.
Una vez llegó a la habitacion del hotel solto las maletas encima de la cama cogio las gafas de sol el plano el movil y las llaves de la habitacion y salio a dar un paseo por cordoba.
Dios que ciudad tan genial, la mezquita es espectacular, la ciudad entera es espectacular -abriendo el mapa- vamos a ver que me queda por visitar, el puente, pues vamos para alla.
¡oh! valla es magnifco- penso mientras apreciaba la vista con la brisa dandole en la cara-.
-que buena es la brisa por estos lares que hace su rostro mas bello y afable- oyo a su espalda,-no es nada-pensó,-solo algun guia dandole lecciones de literatura española a los turistas para embellezer la ciudad.-ojala me permitierais pasar con vos una sola noche-oyo mas cerca, tan cerca que al darse la vuelta quedo a un centimtro de distancia de su juglar, era Roberto, durante unos segundos todo se paro, se silencio, solo se escucha las respiraciones de ambos, las cuales ivan cada vez mas aceleradas. Por un momento la idea de besarle fue la unica que habia en su cabeza mas se contubo las ganas.
-bueno... ¿que?... ¿te animas a pasar una noche conmigo?
-¿eh?... ¿como?... esto... pero si no sabes nada de mi ni yo de ti ni nada...-dijo antonio mientras se ponia cada vez mas nervioso.
-yo se lo suficiente de ti como para querer verte esta noche, adeas asi nos conocemos mejor-
pensandolo un momento Antonio le miro, vio sus ojos tan claros como el mar y sintio miedo y tentacion, la unica respuesta fue echar a correr en direccion al hotel.