-¿Qué te pasa?- dijo Roberto. Antonio sin dejar de mirar por la ventana, con los ojos rojos, hizo una mueca significativa de "nada..." y todo quedo en silencio.
Ya en Portugal empezó a llover de tal manera que Roberto no veía nada, los parabrisas no daban abasto y el coche empezó a derrapar y casi se salen de la carretera, mientras tanto dentro del coche ambos se gritaban con nervios y miedo por igual, pero, gracias a las bandas sonoras y a las habilidades de Roberto al volante consiguieron reconducir el coche y resolvieron parar en la primera estación de servicio que hubiese hasta que escampara un poco.
Estación de servicio.
-Estas muy raro- dijo Roberto
-¿Y como quieres que este?- contestó Antonio malhumorado- ¿Quieres que te toque las palmas? ¿Que te diga "muy bien Robert, gracias por matar a mi ex, ¡ha sido siempre mi sueño!"?
-¿Te crees que a mi me gustó hacerlo? ¿Qué me gusta tener que irme de mi casa y olvidar a todo el mundo? ¡Pues no!
De vuelta al viaje y tras una hora conduciendo...
-Lo siento, siento haberte gritado se que lo estas pasando muy mal y que toda la culpa es mía por haberte involucrado-dijo Roberto arrepentido.
-Yo también siento haberte gritado, no lo tenía que haber hecho, tu también lo estas pasando mal no soy yo el único, he sido super egoísta, lo siento.
-Ya, pero tu no has hiciste nada.
-Si, quererte, ero no me arrepiento lo mas mínimo.-Roberto sonrió.
-Ya estamos a punto de llegar, cuando estemos allí cogeremos una habitación en algún lado, trabajaremos y rearemos nuestras vidas ¿De acuerdo?. -Antonio asintió con la cabeza y volvió a hacerse el silencio.
-Carvoeiro- leyó Antonio en el cartel de entrada al pueblo.- ¿Este es?
-Si
Recepción del hotel Carvoeiro Sol.
-Pide una habitación-dijo Roberto.
-¿Yo? Pídela tu que eres el que sabe portugués
-Solo se escrito, hablado no
-Pues te jodes y se lo escribes, a mi que me cuentas
-Joder... - Se dirige a recepción -Esto... hola, eu querer habitación para dos...-dice indeciso
-Claro señor ahora mismo -contesta el recepcionista. Roberto se quedó asombrado, resulta que el recepcionista hablaba 7 idiomas.
Habitación del hotel.
Tras beberse la botella de vino que encontraron encima de la cama de parte del hotel hicieron el amor con gran pasión empezando así, su nueva vida...